25 ene 2012

"Elling habla de la confianza en el extraño"

Rebeca Montero antes del ensayo general en Sevilla. 

Cuando vi por primera vez a Rebeca Montero, vestida de "madre" por Beaatriz San Juan, a punto de ponerse la peluca, no pude evitar recordar la imagen de Huma Rojo haciendo de Blanche y diciendo:"Siempre confié en la bondad de los extraños". Semanas después, en el hall del Teatro Lope de Vega de Sevilla, Rebeca me contaba que Elling es una obra que trata de la confianza, de la confianza en el ser extraño. "No todo el mundo tiene que ser de la misma manera, pero a todos nos enseñaron de un mismo modo, a ir por un mismo camino, en todos los sentidos. Elling te coloca en otro sitio. En la dislocación de la realidad y la clave para entrar en un mundo, en el que no tenemos que  chocarnos contra las paredes por ser distinto, es la confianza", nos contaba la actriz gallega que Andrés Lima descubrió en un taller para actores, en el que ponía en pie una obra de Valle-Inclán, el maestro de la distorsión, del esperpento, de lo raro, de lo anormal, de la tragicomedia española. Elling  tiene mucho de todo eso, a lo mejor por eso la llamó para este montaje.

Hablamos unos minutos con Rebeca Montero sobre el teatro y la locura antes del estreno. La actriz, formada en la RESAD de Madrid de la mano de maestros como Juan Pastor, interpreta a varios personajes. Es la única mujer del elenco y, por tanto, es todas las mujeres en la escena. Una actriz comprometida con el hecho escénico que se presenta ante una dificultad cuando comienza este viaje hacia Elling, pues no solo tiene que construir sus personajes a través de los ojos de los protagonistas, sino a través del propio sentido del espectáculo. "Por ejemplo, Reidun no se construye solo a través de los ojos de Elling (Carmelo Gómez), sino que Reidun es el amor, pero el amor con mayúsculas, en la forma más amplia, el que salva, el que te lleva, el que te saca de donde estás. Eso es lo que le pasa a Kjell (Javier Gutiérrez) que lo saca de la locura y lo lleva a otro sitio", asegura Rebeca. 

Rebeca Montero es una actriz blanca, de ojos expresivos, callada en los ensayos, pulcra y siempre alerta, en escucha permanente a sus compañeros de escena y hacia el director. Cuando se le pregunta por Andrés Lima, director del montaje,  abre los ojos y no duda en responder. "Yo tengo una fe absoluta en Andrés, después de trabajar con él en Falstaff (producción del CDN),  que fue un espectáculo muy difícil de trabajar. Andrés te coloca en una tesitura de cero a cien. Exige el cien. Da mucho vértigo, pero me gusta, porque sabes que siempre vas a estar en un top. Si te dice está bien, es que está bien, está ya en el 100". Pero que Andrés estuviera en la dirección del montaje no es el único motivo por el que Rebeca se suma al barco. "El texto, aunque es una comedia como la película, tiene más honduras que hace que no nos quedemos en la superficie" y si algo tiene el montaje que no tiene otros "es que está hecho con muchísimo respeto", afirma la actriz, "y desde la verdad."

Lleva desde setiembre de 2011 metiéndose cada día en el papel de Reidun y el resto de las mujeres de Elling y nosotros no nos cansamos de verla. Un placer disfrutar con ella encima y fuera del escenario.

Antonio Rincón-Cano.


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